En mi infancia jugaba al ajedrez, al punto de ser parte de un club y participar en torneos, etc. El otro día recordé algo de esa etapa que llamó poderosamente mi atención, y recién hoy creo entenderlo:
En uno de esos torneos de los que participaba contamos con la presencia del campeón argentino de la categoría sub 18 de ese momento, y él al jugar tenía una particularidad. En los momentos clave del partido, se levantaba de la mesa, salía de la sala e incluso a veces observaba desde lejos, como un espectador más. En ese momento no comprendía por qué lo hacía, simplemente despertaba mi curiosidad, pero ahora lo veo más claro. Hacía eso para tener otra perspectiva, para alejarse del problema y así verlo mejor.
Y es algo que se repite en nuestra vida cotidiana, muchas veces necesitamos alejarnos de los problemas para poder pensarlos mejor.
3 comentarios:
Aquél hombre sabía lo que hacía. Nadie puede guiar a otro dentro de un laberinto si ambos están dentro de él, pero quien está fuera sí puede ser de gran ayuda. Conviene pues, a menudo, alejarnos y observar a distancia prudencial todos los problemas.
Un abrazo.
Sì pues, muchas veces alejarnos un poco del problemade nos dà màs claridad para resolverlo
Saludos.
Aquí les dejo las instrucciones para jugar la versión oficial de "Ajedrez Atómico" (dinamización del juego clásico, más rápido y más sorpresa):
http://sergio-jimenez-figueroa.blogspot.com/2011/05/ajedrez-atomico.html
Publicar un comentario