Esto no me acuerdo donde lo leí (creo que era "Ventana a la Calle", pero no estoy muy seguro), pero vale la pena contarlo, era un pequeño relato de una página de extensión. En él, el autor comenzaba contando acerca de los juguetes que abundaban en su infancia, haciendo una mención especial a uno muy particular, el "Tente en pie".
En este juguete se centra la historia, para los que no lo conocen es un muñeco inflable que, como su nombre lo indica, no había manera de hacerlo caer, podíamos mantenerlo acostado presionándolo con nuestro cuerpo, pero al soltarlo casi por arte de magia el juguete volvía a pararse.
Imaginemos la sorpresa y curiosidad que puede despertar esto en un niño, demasiada. Tanta curiosidad que un niño decidió investigar y valiéndose de un cuchillo se dispuso a abrirlo. Al abrirlo se encontró con una bola de plomo (esta bola de plomo es la que hace de contrapeso para que se levante), al quitarle la bola el pobre muñeco ya no se levantó más, estaba muerto. La hermanita menor al ver lo sucedido, con todo el poder de deducción y síntesis que puede tener un infante acusó "No se va a levantar más porque le robaste el alma".
El día que leí eso incorporé una muy buena definición de "alma", es eso que hace que nos levantemos a pesar de todo.
1 comentarios:
Una fábula moralizante. Tenemos la obligación ética de volvernos a levantar. ¡Qué dicha una caída, ya que nos provee la oportunidad de oro de volvernos a poner de pie!
Un abrazo.
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