Definitivamente el mayor punto de creatividad que alcanzamos en nuestra vida es en nuestra niñez, por eso a los que se muestran demasiados creativos de grandes reciben comentarios como "parece un chico" o un nene, o lo que sea. Yo particularmente recuerdo haber inventado toda clase de teorías en mi niñez, algunas que ahora de grande noto lo absurdas que eran (como que el eructo era el ruido que hacía la comida al terminar esa caída libre que comenzaba en la garganta y terminaba chocando en el estómago) y otras que recién ahora aprecio el valor que tenían.
Una de ellas se me ocurrió un día mirando una película, no recuerdo cual, pero en ella se veía un cuarto totalmente blanco, iluminado, con sólo una persona y su sombra (y creo que una escalera, pero no estoy seguro) y pensé en por qué en una habitación siempre hay sombra, en por qué nunca hay una habitación con 100% de luz. Mi conclusión fue la siguiente, la única forma para que esto suceda sería que no haya ningún cuerpo que proyecte sombra, o sea que no haya nada, que el cuarto esté completamente vacío.
Ahora de grande se me ocurrió relacionarlo con la vida, con el mundo, relacionando a la oscuridad con la maldad, nunca puede haber en el planeta 0% de oscuridad, para que eso suceda (suponiendo que el Sol alumbre al 100% del planeta al mismo tiempo) el planeta tendría que estar desierto, sin habitantes.
2 comentarios:
interesante, yo giraba y giraba para marearme y creia que asi, era capaz de sentir el movimiento de la tierra rotando.
Eso es lo interesante de la infancia, que nuestra cabeza está menos condicionada y podemos pensar más libremente, saludos Gabriela, gracias por leerme.
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